Rompiendo fronteras, la colaboración digital en la cadena de valor. Por Alfonso Roig

Incido en la pregunta, porque me la sigo encontrando: ¿cuánto se tiene que digitalizar una empresa logística y por qué? Si tenemos en cuenta que ya somos todos digitales de varias maneras, que el ámbito de digitalización de una organización es inmenso y que los recursos son limitados, la pregunta es importante. Sobre todo, el por qué.

Todo lo que sea necesario para ser competitivos y rentables. En cada momento. Lo que necesitamos hoy no es igual que lo que hacía falta ayer, ni lo que necesitaremos mañana. Es un viaje, retrasarse pone en riesgo nuestra competitividad, rentabilidad y, sobre todo nuestra credibilidad como proveedores de servicios.

“Nuestro viaje digital lo marca el viaje de nuestros clientes”

Como empresas logísticas, somos parte de una cadena de valor, prestamos servicios a otro cliente. Somos, en muchos casos, un proveedor clave de su cadena de suministro. En otros, somos parte de su entrega de valor a otro cliente en el envío de producto. Parte de un engranaje. De nuestro trabajo depende el que puedan hacer el suyo.

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Un engranaje en revisión. El viaje digital de nuestro cliente requiere visibilidad, automatización, fiabilidad y mejora. La misma que le piden sus clientes. La que echaron en falta en los momentos de mayor tensión de la cadena durante el confinamiento y siguen echando en falta. La que, sin duda, es el nuevo estándar de calidad y servicio que espera el mercado.

La pregunta clave. ¿Qué le aporto a mi cliente en su viaje? ¿Lidero, le sigo, o le retraso? Es la pregunta clave porque es la que ese cliente necesita hacerse al mirar a todos sus compañeros de engranaje. Es decir, la que se hace cuando mira nuestro servicio y valor.

¿Me empujas a mejorar? Me enseñas el camino y me haces avanzar más rápido de lo que lo haría solo. Eso es lo que busco, me hace falta. En este viaje de transformación estamos todos.

¿Me sigues el ritmo? Eres capaz de trabajar con el nivel de procesos, la visibilidad y los tiempos con los que yo trabajo, o aspiro a trabajar. Eso quiere decir que tus sistemas se hablan con los míos, que registras todo lo que ocurre de forma consistente y correcta, que usas esos datos para mejorar, que los compartes conmigo, que rompemos la barrera entre tu organización y la mía y que somos uno. O muchos.

La madurez en el dato y la madurez digital determinarán buena parte del valor que una organización trae a esa alianza que se produce entre nosotros y nuestros clientes. Una parte tan grande que sin ella será casi imposible entrar, o mantenerse.

¿Me retrasas? Me obligas a hacer excepciones a mi forma de trabajar, a mantener el sistema antiguo, a levantar el teléfono para lo que debería ocurrir en tiempo real, a mantener acciones para comprobar que todo ocurre como espero. Acciones que hace tiempo que quiero eliminar y que añaden costes y trabajo innecesario a mi modelo.

¿Para qué quiero usar tu servicio si esa parte del proceso -al no ser digital y automática- me cuesta más esfuerzo operativo que todo lo demás? No solo pierdo el margen, también arriesgo errores que se llevarían por delante la percepción de mi cliente sobre mí y mi credibilidad. ¿Qué precio justifica eso? ¿Qué tiene tu servicio para que me compense?

Hasta ahora, cada uno trabajábamos de una manera y teníamos puntos de encuentro en los que intercambiábamos información y carga. Ahora las barreras se rompen, el intercambio es continuo y la forma de trabajar debe estar sincronizada e integrada. La información es la parte que fluye.

¿Estamos juntos en el viaje, o vamos a ritmos distintos? Necesito mantener dos sistemas de trabajo en paralelo: el que quiero tener y el que me obligan proveedores que no dan el nivel digital necesario. ¿Cuánto tiempo creemos que esto puede durar?

La digitalización de una organización logística debe incluir la habilidad para registrar lo que pasa, utilizar esa información de forma correcta y consistente para automatizar, reaccionar, compartir y mejorar. En todas las partes del negocio. Por todos los miembros del equipo. Con todos nuestros clientes.

Muchas empresas no tienen a quien vender porque el negocio de sus clientes se ha parado y nadie les compra. Otras venden -e incluso crecen- y necesitan entregar. En ambos casos, las expectativas del mercado han cambiado y seguirán cambiando. Ese es el reto y su porqué. Un reto estratégico.

El viaje digital es el viaje del futuro de la empresa logística. Un futuro en el que se rompen las barreras entre los elementos del engranaje. ¿Qué papel vamos a jugar? ¿Desde dónde partimos? ¿Cómo acelero el ritmo? ¿Quién me acompaña?

Aceleramos juntos. La colaboración es también clave en el desarrollo de nuestras empresas. Si voy por delante y ayudo, fidelizo. Si voy por detrás y me apoyo en otros, acelero. A nadie le interesa perder aliados y nadie puede hacer este viaje solo. Es el tiempo de la agilidad y las alianzas.

Alfonso Roig

Coordinador de Transformación Digital en Foro de Logística.