En Foro de Logística llevamos comprobando en los últimos años de como cambia la carrera de un directivo logístico y de su empresa según el nivel de formación que haya recibido, tanto él como su equipo.

En un sector como es el Logístico, cada vez más competitivo y altamente tecnificado, la profesionalización del sector cada vez deja menos espacio a la improvisación y la autosuficiencia en favor de la especialización y el trabajo colaborativo.

Si esto está siendo cada vez más evidente, en épocas como esta, de grandes transformaciones a todos los niveles, las empresas necesitan más que nunca contar con profesionales con la preparación, la visión y la flexibilidad suficiente para hacer frente a nuevos y cambiantes retos en la industria logística.

Esta nueva situación nos obliga a abordar la nueva educación de los profesionales de la logística desde un punto de vista integral, donde la capacitación académica más estricta se integre y enriquezca con la experiencia del directivo y alimente la curiosidad, el sentido de autocrítica, la reflexión, el diálogo, la innovación y la creatividad.

El preparar y dotar a los directivos de todas las herramientas necesarias para trabajar en entornos VUCA, un concepto usado en los años noventa por los soldados norteamericanos, y que hoy, inmersos, en la primera gran pandemia del siglo XXI, cobra aún más sentido. En estos entornos muchas organizaciones sufren la tentación de quedarse “frozen” por falta de liquidez, de tecnología y de Talento

Nuestra red económica y la sociedad al completo se enfrenta a insólitas situaciones caracterizadas por la volatilidad, la incertidumbre, la complejidad y la ambigüedad. Los modelos Logísticos que se vislumbran requieren, casi desde ya, la implementación de nuevos modelos de formación, donde a los conocimientos técnicos específicos de cada actividad, las habilidades de gestión, las competencias digitales requeridas en un sector cada vez más digitalizado y el conocimiento lingüístico de varios idiomas, se sumen también sólidos principios éticos y un decidido compromiso emocional y colectivo.

Y es ahí donde también entra en juego la importancia del aprendizaje continuo. Se precisan técnicos expertos con un alto nivel de resiliencia, elevada creatividad y capacidad de innovación y grandes dotes de liderazgo. No es nuevo, pero sí más relevante en este contexto de grandes transformaciones y de crisis

Durante los últimos muchas compañías y directivos han hecho auténticos esfuerzos por incorporar un mayor grado de profesionalización en sus equipos y progresar en nuevas especialidades, la era que comenzamos después de covid 19 va a exigir un mayor esfuerzo de profesionalización.

En el último encuentro internacional sobre la formación logística del futuro que organizamos hace unos días desde y el cual participaron expertos de universidades e instituciones académicas de Europa y Latinoamérica, se puso de manifiesto la importancia de rediseñar y/o adaptar los programas formativos, en contenidos y formatos de impartición, convencionales al nuevo contexto donde sin duda la parte tecnológica de los programas será un área tan importante como la lingüística y donde la formación en las llamadas soft skills debe de tener una especial importancia.

En este mismo encuentro también se puso de manifiesto que en un mundo donde los avances tecnológicos están remodelando repetidamente el lugar de trabajo se hace fundamental que las personas, y practiquen la educación permanente a lo largo de toda la vida y que las empresas, para garantizar su sostenibilidad, impulsen la learnability ( termino acuñado por Mara Swan en 2017 ) o capacidad de aprendizaje de equipos y persona.